Taller de periodismo



Escribir

“Si escribir artículos se pareciera a hacer sudokus o a llenar crucigramas. (…)Si escribir fuera como pegar ladrillos hasta completar una pared, un edificio, siguiendo un plano diseñado por otro. O como cepillar una tabla el carpintero y serruchar y armar hasta ensamblar un mueble: la mesa coja, el sillón de lectura, la alacena vieja. (…)Si escribir fuera fácil como masticar con buenos dientes, o beber agua limpia con la sed del desierto, o como desear a la mujer del prójimo y seducirla y acostarse con ella. Si escribir fuera pecar. Si fuera tan sencillo como echarse en la hierba a descifrar la forma de las nubes cuando nos sobra tiempo. (…) Si escribir fuera esto: al fin no decir nada en tres mil seiscientos sesenta y nueve caracteres (contando espacios, letras, signos de puntuación): disolver en volutas de palabras la carencia de ideas. Ah, si fuera todo esto y nada más, entonces sería muy fácil llevar, como yo llevo, cuarenta años escribiendo artículos todas las semanas, como una abeja hace miel o una hormiga hormigueros, como hacen nidos los pájaros y ponen huevos sin pensar en ello, porque qué más se va a hacer si no servimos para nada distinto y a veces ni siquiera para esto”. Héctor Abad Faciolince.

Entonces, ¿qué es escribir? 

Nosotros pensamos que escribir es, ante todo, mirar. Antoine de Saint-Exupéry, afirmaba que “conocer no es desmontar ni explicar. Es acceder a la visión. Más para ver conviene antes participar”. Por ello, insistía que “no hay que aprender a escribir, sino a ver”. Uno de los mejores ejemplos de esto, es el que nos ofrece Roland Barthes al referirse –en sus Mitologías– a Greta Garbo: 

“La Garbo aún pertenece a ese momento del cine en que el encanto del rostro humano perturbaba enormemente a las multitudes, cuando uno se perdía literalmente en una imagen humana como dentro de un filtro, cuando el rostro constituía una suerte de estado absoluto de la carne que no se podía alcanzar ni abandonar. (…) Se trata sin duda de un admirable rostro-objeto. En La reina Cristina, película que se ha vuelto a ver durante estos años en París, el maquillaje tiene el espesor níveo de una máscara, no es un rostro pintado, sino un rostro enyesado, defendido por la superficie del color y no por sus líneas; en esa nieve a la vez frágil y compacta, los ojos solos, negros como una pulpa caprichosa y para nada expresivos, son dos cardenales un tanto temblorosos”.


Solo quien mira descubre el espesor del maquillaje, el rostro enyesado, la superficie del color, la nieve frágil y compacta y los ojos solos, negros, como una pulpa caprichosa, nada expresivos, dos cardenales un tanto temblorosos. Quizás por ello Henri Cartier-Bresson afirmaba que la fotografía consiste en “captar en un segundo la emoción que provoca el sujeto y la belleza de la forma. Ver y sentir, es el ojo sorprendido el que decide. La fotografía es percibir un ritmo en la realidad. Poner en la misma línea de mira el ojo, el alma y el corazón. Equilibrio entre mirada, inteligencia y corazón”.

En Crónica y Mirada (Libros del K.O., 2014), la periodista María Angulo nos dice que: “Los cronistas utilizan la mirada con más intensidad que la pluma o las teclas del ordenador. Saber qué mirar. Saber cómo mirar. Pero decir «mirar» no es decir mucho, porque «mirar» no es ver, es pensar. Es centrar, focalizar, encuadrar. Mirar también es escuchar, que no oír. Poner una voz en off para hacer oír la de los verdaderos protagonistas. Mirar es atender a los lados sin perder de vista el frente. Prever el futuro y echar un vistazo atrás de vez en cuando. Mirar es documentarse y reportar, adentrándose en las vidas ajenas a través de zoom in y realizar panorámicas desde la distancia mediante zoom out”.

Regresando a Saint-Exupéry, el escritor se afanaba en evitar que el lenguaje, la palabra, se interpusiera entre él y el lector convirtiéndose en una suerte de barrera que impidiera el diálogo, el entendimiento. Por ello, buscaba tal la precisión en el lenguaje que solía decir: “Yo no sé escribir, yo sólo sé corregir” y su idea de escritura consistía en que “la perfección no se consigue cuando no hay nada más que sumar sino cuando no hay nada más que restar”.

Actualmente, la mayoría de los cursos y talleres de “escritura creativa” han hecho de la creatividad una detallada receta de cocina, un rentable instructivo sobre “Cómo impactar con tus escritos en cinco pasos”, muy al estilo de Jorge Bucay o Alejandro Jodorowsky, generando con ello que los asistentes tengan la falsa expectativa de que, al finalizar, obtendrán las claves para escribir bien o escribir mejor porque esto solo se trata de aprender cómo escribir. Lo cual, seamos realistas, ha derivado en que se carezca de una voz propia y “haya muchos escribiendo como miles”, tal como sugiere el cronista Martín Caparrós.

Pensando en lo anterior, este taller tiene como premisa medular “aprender a mirar para aprender a decir”, aprovechando las herramientas propias de la literatura de ficción en el arte de contar historias verdaderas. Esto significa, recuperar la trascendencia de estar lo suficientemente cerca y desarrollar habilidades haciendo uso de la expresividad que se encuentra en la poesía, del ritmo y el montaje que se aprecia en el cine, de la dramaturgia que da origen a una puesta en escena o del simbolismo que encierra la danza.

Tampoco nos hemos olvidado de aterrizar la parte teórica en la práctica cotidiana. Justo ahora, cuando se habla de una estética post-internet que ha implicado una nueva concepción del arte y la cultura, quien desea comunicar a través de la palabra –ya sea oral o escrita– requiere también de adaptar el lenguaje y su particular discurso a la amplia variedad de plataformas en las que actualmente se genera comunicación. Estos y otros aspectos serán abordados a lo largo de cada sesión del taller. 


Sesión 1. Saber mirar: introducción a la fotografía y al arte de contar historias con imágenes
Descripción: se trata de un testimonio profesional, de poner en común el conocimiento de una tozuda cronista. También es un paneo y, a la vez, un acercamiento. Pero no a la técnica, sino al lenguaje fotográfico y cómo sacarle provecho cuando lo que se pretende es transmitir, emocionar y contar.

Imparte: María Irún González

Sesión 2. Saber mirar para saber decir: de la fotografía al periodismo narrativo
Descripción: un elocuente y seductor recorrido por los aportes de quienes han hecho de mirar un minucioso trabajo de orfebrería. Abrevaremos de las singularidades de fotógrafos como Henri Cartier-Bresson y Vivian Maier, así como de la poesía de Juan Vicente Piqueras y Clara Janés, de la música de Daniel Barenboim y Silvio Rodríguez, o de la narrativa de escritores como Hernán Casciari o Hebe Uhart.

Imparte: Gloria Serrano

Sesión 3. Saber decir en la era digital y Sesión 4. Saber decir con otros lenguajes y nuevos recursos
Descripción: conoceremos distintas recursos y herramientas interactivas que nos permitirán contar las historias de siempre en soportes completamente novedosos. Descubriremos la importancia no solo de contar las historias sino de saber contarlas utilizando los mecanismos de la era digital, innovando, mezclando formatos y adentrándonos en una misma historia a través de diferentes lenguajes.

Imparten: Irene Lozano Letelier y Marta Sofía Ruiz

Modalidad: El taller es teórico-práctico con el propósito de que los participantes obtengan un doble aprendizaje al aplicar los conocimientos adquiridos para contar una historia de no ficción.

Dirigido a: El taller está dirigido a profesionales y amateurs que deseen espabilar, desarrollar o perfeccionar sus habilidades en el arte de transmitir, emocionar y contar historias reales.

Periodicidad: 4 sesiones (miércoles 8, jueves 9, miércoles 15 y jueves 16 de febrero de 2017). Cada sesión tiene una duración de 2 horas, en horario de 18:00 a 20:00 horas.

Sede: Casa del Lector, Centro Cultural de Creación Contemporánea Matadero (Paseo de la Chopera 14, Madrid).

El taller incluye: Exposición de conceptos teóricos, presentación de contenidos visuales, dinámicas grupales y el desarrollo de un proyecto específico por parte de los participantes.

¿Qué se necesita para inscribirse?

Tener algo que decir, querer contar una historia de no ficción 
Presentar una carta de exposición de motivos por los que desea participar en el taller (400 caracteres),
Entregar una semblanza breve de su experiencia práctica o profesional
Realizar el pago correspondiente al costo de inscripción.

Cupo: Limitado a 25 asistentes.
Costo: 50 euros.

¡Inscríbete aquí! 


Cuatro Miradas: 

María Irún González: Periodista formada en la Universidad de Zaragoza, Máster en Escritura Creativa por la Universidad Complutense de Madrid. Formación en antropología y cine, así como en comunicación de crisis y conflictos. Paso por El Periódico de Aragón y actualmente es redactora en el periódico especializado en Sanidad, Acta Sanitaria. Editora de Zero Grados.

Marta Sofía Ruiz: Estudié periodismo porque creía, y aún creo, que la información puede cambiar el mundo. Devoro libros y series, vivo con los cascos y la sonrisa puestos y consumo los podcast más extravagantes. También discuto sobre política y tengo un cuaderno lleno de notas sobre todas las cosas de las que quiero escribir.

Irene Lozano Letelier: Estudió Periodismo en la Universidad de Zaragoza, donde comenzó su labor periodística en la televisión local y la agencia aragonesa de noticias Aragón Press. Se trasladó a Madrid para estudiar el máster de Documental y Reportaje Periodístico Transmedia de la Universidad Carlos III y trabajó durante un año en el departamento de comunicación del Colegio de Abogados de Madrid. También pasó por Televisión Española y, actualmente, realiza labores relacionadas con la comunicación y el montaje de vídeos en la empresa Wonderbox. Durante los casi tres años de vida de la revista Zero Grados, ha trabajado como redactora y correctora y, actualmente, ocupa el puesto de jefa de contenidos.

Gloria Serrano: Es licenciada en comunicación, periodista independiente y maestra en gestión cultural por la Universidad de Zaragoza.  Actualmente es corresponsal en el extranjero del periódico La Jornada Maya (filial del periódico nacional La Jornada) y articulista para diversos medios: Homozapping (revista digital a cargo del periodista Jenaro Villamil, México); Frontera D (Revista digital de periodismo narrativo a cargo del periodista Alfonso Armada, España) y Zero Grados (revista digital de periodismo narrativo a cargo de la periodista María Angulo Egea, España). Otros espacios en los que ha publicado son: La Jornada (México); Entretanto Magazine (revista digital, España); Culturamas (Revista Digital, España); Suplemento Todas de Milenio Diario (México); El Sol de Toluca (Estado de México); Gaceta Cultural Digital del Ayuntamiento de Mérida (Yucatán); Tras la cola de la rata (revista digital de periodismo narrativo, Colombia) y Atlas Revista (fotografía e imagen, Chile).

Es Coordinadora del Área de Comunicación de la Escuela Errante de FronteraD (España), a cargo del periodista Alfonso Armada, Director del diario ABC Cultural. En España ha sido conferencista y panelista invitada por asociaciones civiles para participar en mesas y debates sobre la violencia contra periodistas en México. También ha impartido cursos, talleres, charlas y conferencias en eventos como el Congreso de Periodismo Digital de Huesca 2016, la Mesa de Periodistas de OXFAM Intermon en el marco del Congreso; la asociación de Profesionales de la Cultura de Aragón PROCURA (Huesca, España) y la Feria de Teatro y Danza de Huesca. Recientemente, en México, impartió el Módulo “Corresponsales de paz” en el Seminario de Educación y Cultura para la Paz de la Universidad Modelo Mérida, Yucatán (México) y el Taller de Periodismo Narrativo “Saber mirar y saber decir” en AFORO Agencia de Gestión Cultural en Mérida, Yucatán (México).

Ha participado como jurado y/o conferencista en diversos proyectos de Gestión Cultural en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y la Universidad Modelo Mérida. En 2014 fue parte del Comité organizador del 1er Congreso de Gestión Cultural y Economías Creativas, organizado por el Ayuntamiento de Mérida, la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), CONACULTA y la Universidad de Zaragoza, España, donde estuvo a cargo de la Mesa de “Periodismo Cultural”. Otros talleres que ha impartido son “Introducción a la crónica periodística: de Manuel Payno a Julio Scherer”, dirigido a estudiantes de la Licenciatura en Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMex, así como la conferencia “Piensa fuera de la caja: comunicación en la era digital”, en el marco de la Semana de la Comunicación, organizada por la misma institución (2013). 




Zero Grados es una revista que comenzó hace dos años con la ilusión de poder hacer un periodismo cultural diferente, literario y que supusiera un punto de referencia en Zaragoza y a nivel nacional. Durante este tiempo hemos trabajado para que esto sea posible y hemos conseguido evolucionar. Para ello, intentamos aportar una visión original, diferente y en profundidad sobre absolutamente todo lo que escribimos, desarrollando en todos los temas que abordamos nuestro sello de identidad: la transversalidad y profundización en las historias.

Creemos en el periodismo reflexivo que aporta un valor añadido a la virtualidad digital, que se híbrida con ella para sacarle el mayor partido a la esencia periodística. Nuestros artículos son de largo recorrido, requieren una lectura pausada y aportan un disfrute literario además de un interés periodístico. 

El equipo de Zero Grados está compuesto por 17 personas. Cada miembro del equipo tiene unas funciones determinadas dentro de la propia revista, que se suman a la tarea de redacción de contenidos que asumen todos los miembros. 

Al frente de este proyecto se encuentra María Angulo, especialista en periodismo literario y cultural y directora de Zero Grados, y Maite Gobantes, periodista y profesora de la Universidad de Zaragoza que realiza las tareas de directora adjunta. Ellas se encargan de coordinar la labor de los diferentes miembros de Zero Grados, aportando ideas y temas para los contenidos y tomando las decisiones relativas al funcionamiento general de la revista. 

El resto del equipo se divide entre las tareas de administración de la web, corrección y edición de textos, y dinamización de las redes sociales de la revista. Además, contamos con varios miembros especializados en fotografía, un dibujante, un viñetista y un equipo audiovisual encargado de realizar los “Zooms”, pequeñas piezas de vídeo de no más de 10 minutos de duración con las que damos a conocer proyectos culturales específicos.

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