Mientras baja la nieve...

Madrid, Domingo 4 de febrero, 2018. © G. Serrano

Ha bajado la nieve, divina criatura, 
el valle a conocer. 
Ha bajado la nieve, mejor que las estrellas. 
¡Mirémosla caer!

Gabriela Mistral, Mientras baja la nieve.


Breves lecciones para escritores (¿y para periodistas?): 

Leo dos párrafos y quiero escribir cuatro. Me emociono cuando dice que vida y obra van de la mano, que esto se trata de “hacerse y hacer”. Y cuando menciona lugares, personas o hechos que desconozco por entero. Y cuando cita esta frase de El Quijote para hablar de la humildad: «Llaneza, muchacho, y no te encumbres que toda afectación es mala». Y cuando compara a los escritores [¿y a los periodistas?] con vacas pastando, mirándolo todo con esos ojos grandotes; rumiándolo todo, después. Y cuando explica que el arte es mucho más que la técnica, porque el primero encierra un misterio al que solo nos podemos aproximar. Y cuando muestra su ordenador de bolsillo que gasta muy poca energía: un cuaderno. Lo mejor es la parte en que habla de escribir por amor y como una provocación: “Hay que querer a las personas a quien se dirige uno”. “Hay que provocar en el que escucha que piense por su cuenta. No hay que adoctrinar, hay que provocar”.

Sería deseable que más profesionales de la comunicación pusieran un freno a su carrera mediática y se detuvieran a pastar, a observar la nevada para ejercitarse en el periodismo como arte, no como técnica.*

Por lo pronto, mientras baja la nieve leo a José Luis Sampedro (Barcelona, 1917 - Madrid, 2013). Leo el libro “Escribir es vivir”







Posdata: No quiero pecar con el exceso de frases, pero hay que repetirlo "porque, a menudo, la grandeza se percibe mejor en las cosas más simples" (¡díganlo dos veces antes de continuar!):

"Es doloroso ver a hombres y mujeres empeñados en una insensata carrera hacia la tierra prometida del beneficioen la que todo aquello que los rodea —la naturaleza, los objetos, los demás seres humanos— no despierta ningún interés. La mirada fija en el objetivo a alcanzar no permite ya entender la alegría de los pequeños gestos cotidianos ni descubrir la belleza que palpita en nuestras vidas: en una puesta de sol, un cielo estrellado, la ternura de un beso, la eclosión de una flor, el vuelo de una mariposa, la sonrisa de un niño. Porque, a menudo, la grandeza se percibe mejor en las cosas más simples". Nuccio Ordine, La utilidad de lo inútil.

Recomiendo leer The Post, o la parábola del periodismo necesario.


* Para complementar esta idea, Javier Jaén, en El circo y el círculo de la posverdad, comenta: "Los medios de comunicación, en una carrera loca de competencia económica, cada vez más dependientes de sus deudas financieras, se convierten en productores de noticias de impacto y recortan de todos aquellos gastos que hacían de ellos medios fiables de información: la investigación a largo y medio plazo, el periodismo de investigación, las redes fiables de información,... Se vuelven adictos al retuit y a los monitores de lectura, que terminan produciendo performativamente adaptaciones para ser leídos, escuchados, vistos, independientemente de que se produzcan informaciones novedosas, que transformen la mirada".



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